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Hola, así somos, curioses por naturaleza. No leemos, escaneamos la información y nos detenemos en aquello que por lo que fuera nos llama la atención (para gustos los coloros). Si he conseguido que leas estas primeras líneas es que he logrado atraer tu mirada y captar tu atención. Ahora intentaré mantenerla.


Arranco una nueva aventura profesional que no tiene por qué ser incompatible con otras oportunidades laborales que puedan surgir. Esto es un spoiler para aquellxs agorerxs del ya te lo dije yo que de eso no se puede vivir. Ya no podré mirar atrás y pensar que debía haberlo intentado porque precisamente el fracaso hubiera sido no intentarlo.


Mi primer contacto con la magia ni fue en la infancia ni con Borras. Fue en julio de 1998, tenía 22 años y un año más colaboraba como monitor en los Programas de Tiempo libre para menores de Gorabide. Ese año fue en Salas de los infantes. El Centro disponía de un salón de actos con luz negra (esa que hace resaltar el blanco). La última noche de cada quincena se celebraba una fiesta de despedida, cada grupo organizaba su sketch. Como coordinador de la tanda quise ofrecer mi mejor versión y con el potencial de la sala se me ocurrió crear un pequeño número de magia aprovechando aquella iluminación. Sí, sin ni siquiera saber hacer los juegos del Magia Borras. Tan cutre como orgulloso. Del sobrero de aquel osado cocinero empezaron a aparecer y transformarse cubiertos de una manera tan sencilla como mágica para aquel público tan agradecido. Afortunadamente conservo con muchísimo cariño aquel video gracias a la magia de convertir aquel archivo VHS en DVD y finalmente en VLC (seguro que las letras de abecedario darán para nuevas transformaciones).


Y así es como empecé a adentrarme en el mundo mágico. Ese verano me fui de vacaciones a Barcelona y allí entré en Magicus, mi primera tienda de magia. Después siguieron otras escapadas a tiendas de Valencia y Madrid, hasta la llegada de las compras por internet. Precisamente a través de la red y los libros empecé a enriquecer mis conocimientos mágicos. Durante años solo hacía juegos para mi entorno más cercano, sin mucho interés por demostrar mis aprendizajes. Es más, empezaba a ser consciente de mis limitaciones escénicas. Será por ello por lo que cada vez seleccionaba más mi público y mis demostraciones. Hasta el punto de limitarme a mi ámbito docente. Posiblemente la publicación del libro Educando con magia de Xuxo Ruiz me ayudó a poner el foco en mi verdadero potencial.


Mi vocación, formación y experiencia como docente junto al interés y el potencial descubierto en la magia como herramienta educativa me ha llevado a dar el salto profesional con un catalogo de actividades vinculadas a la Pedagomagia, término que he acuñado y que define mi Ser (gio).


Si has llegado a leer estas últimas líneas, gracias por tu atención y te invito a que estemos en contacto. Ya sabes dónde encontrarme ;-)


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